Fitero Cisterciense

“La arquitectura del Císter no produjo en España nada tan grandioso”

Vicente Lampérez

Codiciado por reyes, obispos y señores, y considerado como una de las diez maravillas de Navarra, el Monasterio de Fitero fue fundado en 1140 y puede presumir de ser el primer cenobio cisterciense que se construyó en la Península Ibérica. Eran tiempos de guerra y, de hecho, el primer abad de Fitero, San Raimundo, fue el fundador de la orden militar de Calatrava (1158).

Este Monasterio, monumento nacional desde 1931, es una joya arquitectónica de la Edad Media ampliado durante los siglos XVI y XVIII. Se compone de un vasto conjunto de gran tamaño y de gran altura, sobre todo de la nave principal y de la torre prismática que domina el conjunto.

Un poco de historia

La fundación del monasterio de Fitero (1140) por Alfonso VII de Castilla abrió las puertas de España al Cister, que rápidamente se difundió por los diversos reinos cristianos de la Península Ibérica. Con los monjes blancos entró una impetuosa renovación de la vida monástica, basada en el retorno al primitivo rigor de la regla de San Benito.

La austeridad y el equilibrio entre la oración, la lectura y el trabajo manual marcaron la vida de los monjes blancos, que desde Portugal a Cataluña crearon 75 monasterios masculinos. Navarra ocupó un lugar destacado en este panorama, con La Oliva (1149), Iranzu (1178), Leire (1237) y Marcilla (1407), además de Fitero desde 1373.

Como conjunto medieval perteneciente al Císter, el monasterio de Fitero obedece a las características de una arquitectura que ha sido clasificada por los historiadores del arte con distintas consideraciones.

Horarios y visitas

Hoy en día se pueden realizar visitas tanto al Claustro del Monasterio y sus dependencias anejas como a la Iglesia Abacial.
Toda la información en www.fiterocisterciense.com